Nito Zeitune (ex Dúo Renacimiento)

“Los músicos del folclore de este momento le cantan mucho al amor, pero con un vocabulario muy actual que tiene poco vuelo poético. Quizás porque desconocen las obras de los grandes autores y compositores que crearon entre los años 60 a 2000. Sería buenísimo recrear tantas buenas canciones que existen en el repertorio nacional. No pierdo las esperanzas de que esto suceda”.

Quique Yance (músico)

“Al vivir en un lugar tan bello, en plena yunga y entre los cerros maravillosos de Tucumán, al folclorista se le hace difícil cambiar de temática. Se sigue cantando a la naturaleza, a nuestra historia, a los nuevos personajes ciudadanos y campestres, a lo social”.

Viviana Taberna (cantante)

“El folclore tiene la valiosa condición de conservar. Continúa vigente hablar del amor y del desamor, de la mujer, de la tierra, de la valentía, del paisaje, de los personajes, del pueblo, de las historias, de la pasión. No sé si el canto y la poesía se apropian de nuevas temáticas, pese a que los actores que transitamos el género sí estamos atravesados por situaciones nuevas, que nos llevan a una búsqueda permanente de nuevas formas y nuevas maneras en el decir y en el hacer. Lo podemos ver en la música, en la instrumentación, en los arreglos y en la manera de cantar. Hay un mundo y una sociedad que cambia vertiginosamente, y el hecho artístico y musical no está asilado de esa dinámica”.

Gonzalo Soraire (productor - ACV folclore)

“El folclorista le canta al paisaje, al amor y a cosas entrañables que a todos, a determinada edad, nos da nostalgia. Los temas son universales, pero estamos dejando a las nuevas generaciones fuera del circuito, ya que se identifican con más facilidad en las cuestiones globales. Falta cantarle a la actualidad, al cambio de costumbres, a los nuevos hábitos... Hay que reescribir un nuevo folclore, más aggiornado al momento que se vive en las ciudades, en las provincias, en los países y en el mundo. Musicalmente ha evolucionado, pero seguimos hablando del cañaveral donde hoy hay un limonar por hablar de la actividad económica, entre otras cosas”.

Diego Molina (Taa Huayras)

“El folclore siempre abarcó una temática muy amplia, y sigue siendo así. Tal vez en las nuevas composiciones puedan estar faltando los personajes urbanos y rurales que fueron parte del paisaje de otros autores en otros tiempos; hoy se abordan un poco más temas relacionados al amor, al lugar de uno y a diferentes problemáticas sociales. Siempre hubo sintonía con el reclamo del campesino, del pobre, pero hace falta que los intérpretes nos involucremos más en lo que cantamos y en la realidad que nos toca vivir. Si el canto no dice nada, ¿para qué canto?”.

Gabriel Gómez Saavedra (poeta)

“Hoy siguen rondando los mismos temas de sus manifestaciones primarias, de su origen popular y anónimo: las emociones elementales de hombres y mujeres, sus preguntas existenciales incontestables y la convivencia con la naturaleza. El cambio actual es estético, con un lenguaje que sale de lo literal, pero en continuidad de la vanguardia poética del 40. Pero esa tendencia no es visible en las propuestas masivas que monopolizan los grandes festivales, donde sólo hay una renovación tecnológica pero no de contenido. Los nuevos compositores circulan por circuitos marginales (hijos de rupturistas como Liliana Herrero, Raúl Carnota, el Chango Farías Gómez o Lucho Hoyos) para abordar un feminismo que corre a la mujer del lugar de musa y la ubica en el de una fuerza protagónica de derechos relegados, por ejemplo”.

Manuel Quiroga (Las Voces del Boquerón)

“A través del streaming, hoy el folclorista busca brindar consuelo y contención al grupo familiar y hasta una suerte de apoyo psicológico en este difícil período, con su optimismo. Nuestra actividad está sufriendo pérdidas tremendas. Sabemos que la música no curará la pandemia, pero sí podemos alegrar el alma de muchas personas”.

Mica Flores (cantante)

“Los grandes referentes nacionales del folclore están enfocados en el bolsillo y en el comercio; lo que hacen es, en el fondo, música popular antes que folclórica. Desde un sentido más poético, los que todavía estamos abajo le cantamos al deseo de que todo vuelva a ser lo que era. Necesitamos las peñas, no por lo económico sino porque el amor por el género está vivo”.

Fabio Dip (Los Arrieros)

“El folclore sigue mixturando entre la temática que enarbolaron los grandes hacedores, como Yupanqui, Dávalos, Castilla o Hamlet Lima Quintana, y los actuales, como Mlikota, Terán, Barrionuevo y Carabajal. Son estilos poéticos distintos, pero siempre con el eje en lo romántico o paisajístico. Los intérpretes combinan las creaciones de épocas pasadas con lo que se está haciendo ahora para llegar un público de todas las edades”.

Héctor Saleme (cantautor)

“Hoy le canto más que nunca a la esperanza y a la vida. Todos los géneros se fusionaron en este último tiempo para dar el mismo mensaje. Se necesita muchísimo de la empatía, de la unidad y de la solidaridad, porque no se la está pasando para nada bien. El folclore es sinónimo de alegría”.

Coqui Sosa (cantante y músico)

“Desde los 90, el género está sumido en una inmensa crisis: cayó en la globalización y en el mercantilismo, y se lo despojó de todo sentido de raíz e identidad, en una suerte de colonización encubierta. Las poesías livianas y la música ligera tomaron por asalto al folclore, y se levantaron contra lo llamado viejo y caduco: Yupanqui, Mercedes Sosa, Los Chalchaleros, el Chivo Valladares, Ariel Ramírez. Hoy se le canta a lo intrascendente, a lo banal, a lo transitorio... a lo que vende. Pero existe una corriente que se nutre de nuevos artistas que dan batalla por el arte popular y por nuestra identidad; renacen viejas canciones, se componen nuevas con estética y profundidad similar a las de antes. Hay esperanzas de retomar la senda”.

Sandro Mansilla (difusor de música salteño)

“En el folclore la gente joven, principalmente, le canta hoy a las vivencias de lo cotidiano, al amor, a la amistad y a las luchas sociales”.

Lucho Aragón (El alto de la lechuza)

“Los folcloristas estamos en la lucha para poder seguir cantando, mostrando nuestro arte en los espacios culturales como las peñas. Son lugares emblemáticos que no deben perderse, porque expresan el sentir y el pensar de los argentinos en general y de los tucumanos en particular”.